cuentos para el amor de mi vida
Recuerdo que transformé mi niñez en un planeta de evasión y fantasía. Todo cuanto deseaba tener y mis progenitores no pudieron o no quisieron adquirirme y que mis amigas del instituto si tuvieron, lo edifiqué misma. , con mis manos fabriqué –con materia prima más modesta– la réplica casi precisa del cuarto de Erika, mi molesto compañera de principal. Y digo casi exacta por el hecho de que lo único que no logré imitar fueron sus libros. Siempre y en todo momento creí que sus progenitores le habían comprado todos y cada uno de los libros de cuentos que han existido sobre la faz de la tierra. Por el contrario, era irritante, llena de tics nerviosos, estruendosa y en exceso ególatra, pero yo amaba sus libros y siempre me ideaba cosas para acabar en su casa haciendo algún trabajo escolar o jugando un imbécil juego de mesa.
Estas especificaciones hacen que pueda ser bien difícil, para algunas personas enfrentar de manera directa la realidad y pensar sobre ella. Sin embargo, si contamos esa misma situación con una historia fantástica, con un cuento, la gente se verán, sin darse cuenta, metidas en y pensando sobre estas cuestiones reales que, quizás, hubieran rechazado considerar si lo hubiéramos expuesto directa, realista y frontalmente. La maternidad, la paternidad, aunque es una aventura gratificante y satisfactorio también tiene sus instantes dolorosos o espinosos. “Diría que para mí lo más bien difícil fue comprender qué contar.
Mi Amor De Wattpad
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No tardó bastante tiempo en escribir sus propias historias y fue en su adolescencia cuando se animó a publicarlas en Wattpad.com. La recepción fue increíble y en menos de un año ahora tenía más de 100,000 leyentes. —Nos atrae decir que los cuentos son la traducción de la vida real a la fantasía. Hay cuestiones de la verdad que son o dolorosas o muy complejas.
El Amor Asesinado, Emilia Pardo Bazán
cuentos para el amor de mi vida
Pueden pasar semanas entre un concepto que aparece y la composición de esa iniciativa en una historia. Fue un desarrollo complejo, pues identificar la línea que agrupa a los cuentos para estar en exactamente el mismo libro no es tan simple. A veces escribes pensando que esa línea es una y después cambias de opinión. En otras tienes que descartar ideas o cuentos enteros pensando en la unidad de la obra. Y bueno, corregir y reescribir es una constante en este proceso. En mi casa jamás faltaron libros –que quede claro–, pero nunca me compraron cuentos. Mi padre quizás pensaba que mi febril e infantil imaginación no precisaba cuentos de hadas, que con Octavio Paz y su laberinto de la soledad, que Descartes y su discurso del método tendría mi suficiente dote de realismo, pragmatismo y análisis elemental de la conducta humana.
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Creo que mi amor por la escritura se remonta a mi infancia, en donde se me permitió vivir mi mundo en relación a mi edad, sin las mortificaciones o responsabilidades de los adultos. Jules es una joven introvertida que diviértete con leer y navegar en internet. Un día, en que no tiene ya solamente que leer, se une a Wattpad, una red social virtual de escritores y lectores. Es así como escoge empezar a escribir y subir sus cuentos para que otros los lean. Para su felicidad, la mayoría de comentarios resultan positivos, sin embargo, hay alguien que parece no gozar nada de sus historias pero que, paradójicamente, va a ser quien le cambie la vida.
- Un día, en que no posee ya nada más que leer, se une a Wattpad, una red social virtual de escritores y leyentes.
- Creo que mi amor por la escritura se remonta a mi infancia, en donde se me dejó vivir mi mundo acorde a mi edad, sin las mortificaciones o responsabilidades de los adultos.
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Es una escritora Venezolana de 26 años, apasionada de la lectura y el buen café. Su amor por la escritura nació en el momento en que apenas era una pequeña y leía cuentos infantiles.
Todo por el placer de proseguir devorando la enciclopedia de Hans Christian Andersen que decoraba polvosamente su recámara. Después de una extendida jornada laboral o de escuela, es momento de relajarse y dejarse llevar para descansar como se debe.