La verdad oculta sobre Mujeres Polacas

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Una propuesta legislativa separada en el parlamento esta semana crearía un «Centro de Familia y Demografía» destinado a aumentar la tasa de natalidad de Polonia limitando el número de divorcios. El proyecto de ley pide que el directivo del instituto tenga poderes de enjuiciamiento en los procedimientos de divorcio, con el poder de reclamar que no se concedan los divorcios. El titular de la agencia asimismo tendría acceso a los datos sobre embarazos. El artículo está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; pueden aplicarse cláusulas adicionales. Al utilizar este sitio, usted acepta nuestros términos de uso y nuestra política de intimidad. “Me gustaría que Arka se transformase en una fundación, que tuviera ese estatus”, destaca, “pues de esa forma podríamos, quizás, aspirar a tener ayuda del gobierno o alguna ventaja legal”, afirma. Esa ayuda parece seguir siendo precisa en días como este sábado, cuando las autoridades polacas aseguraron que otros dos centenares de personas intentaron atravesar esa frontera desde territorio bielorruso y que algunas de ellas se confrontaron con piedras a la policía.

Estos datos excluyen a aquellas mujeres que caen en manos de falsos médicos que ofrecen sus servicios en clínicas improvisadas en pisos privados, donde las pacientes son sedadas pero al tiempo descubren que siguen embarazadas. El mismo día, sin embargo, el Sejm sí admitió a trámite una idea para hacer un Instituto de Familia y Demografía, que ahora se encuentra en una comisión parlamentaria. Las organizaciones de defensa de las mujeres y del colectivo LGTBI denuncian que la iniciativa da poderes procesales al presidente del organismo. Lempart advierte de que este podría intervenir en métodos de divorcio y en casos de patria potestad de “familias arcoíris”. Asimismo tendría acceso a todas las bases de datos del Estado, y teme que estos integren los embarazos. Marta Lempart, fundadora del movimiento Huelga de Mujeres, cuenta que las históricas protestas de 2020 tras la sentencia —por las que mucho más de 4.000 personas han pasado por los tribunales, según Gazeta Wyborcza— tenían por objetivo conseguir “que nadie muriese”. Consiguieron dar a conocer “el sistema fuera del sistema” para conseguir un aborto, mediante la televisión, los jornales y en las calles.

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La Unión Europea ha reiterado su preocupación por la erosión de las libertades democráticas en el país integrante del bloque. Asimismo las personas LGTB y los medios independientes se sienten bajo una enorme presión del gobierno conservador. Polonia ahora han iniciado el resbaladizo sendero hacia el autoritarismo, con el consiguiente menoscabo del Estado de derecho y los derechos escenciales, que son los principios en los que se basan las sociedades democráticas y que constituyen los elementos fundadores de la Unión Europea.

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Los activistas temen que la banco de información permita a las autoridades de derecha de Polonia rastrear si los embarazos terminan en un nacimiento y crear una viable herramienta para los enjuiciamientos. El ministro de Salud lo negó recientemente, diciendo que “no hay registro de embarazos” y que el gobierno se encontraba sencillamente haciendo un cambio rutinario del papel a los archivos digitales. Durante la invasión alemana de Polonia de 1939 fue la comandante de los Batallones Femeninos de Asistencia Militar. En el mes de octubre de 1939 se unió a la organización militar clandestina Związek Walki Zbrojnej que se convirtió más tarde en la Armia Krajowa. Fue la líder de los Servicios Femeninos del Ejército en el aparato del general Grot-Rowecki y más tarde el general Bor-Komorowski. Combatió en el Alzamiento de Varsovia y fue promovida a Teniente Coronel.

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Ahora este partido desea prohibir el aborto mediante un emprendimiento presidencial enviado al Parlamento. ¡Van a procurarlo de nuevo el 18 de noviembre, estemos listas en frente de ellos! ” Mensajes como este tienen la posibilidad de leerse en las redes sociales de las activistas polacas. “Que las protestas ardan los lunes de cada semana. En todo caso, nosotras vamos, vosotros vais… hagámoslo cada lunes. Y sí, ¡hagámoslo juntos!”, convocan desde la cuenta de Facebook de la interfaz que organizó la Huelga de Mujeres. En la práctica, las mujeres polacas viajan al extranjero para abortar en otros países europeos, incluidos los Países Bajos y Eslovaquia, y hay conjuntos que las ayudan. Este era el grito de guerra de las mujeres polacas que se manifestaban la noche del lunes en Varsovia.

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Encontró que el 63% de las mujeres polacas había experimentado violencia doméstica a lo largo de sus vidas. El estudio señaló que lo que conecta a los perpetradores es un sentido de impunidad, están confiados de que no los castigarán. En el mes de abril de 2020, semanas una vez que Polonia entrara en su primer confinamiento por Covid-19, Krysia Paszko, una estudiante de preparatoria de 17 años, vio un estudio en la televisión sobre el aumento de casos de violencia doméstica en Europa, que aumentó hasta 60% de 2019, según la Organización Mundial de la Salud. El centro de derechos de las mujeres mucho más grande de Polonia, Centrum Praw Kobiet , reportó un aumento de 50% en llamadas a su línea de emergencia de crueldad doméstica en el mes de marzo. Amnistía Internacional instó el martes a los legisladores polacos a rechazar lo que llamó un «proyecto de ley siniestro» y «el último de una ola de asaltos crueles y discriminatorios contra los derechos humanos de las mujeres». El parlamento está programado para el miércoles para debatir una iniciativa para una prohibición total del aborto en Polonia, aun en casos de violación y riesgo para la salud de la mujer.

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Izabela, una mujer de 30 años, se transformó para los movimientos feministas en la primera víctima conocida de las últimas limitaciones al aborto. La noticia llegó en el momento en que se cumplía un año de la sentencia del Tribunal Constitucional en el mes de octubre de 2020 que suprimió la oportunidad de finalizar un embarazo en caso de malformación del feto, que en la práctica suponían el 97% de los abortos que se realizaban. La mujer murió por shock séptico en septiembre cuando los médicos que la trataban aguardaron a que el corazón del feto, que era inviable, dejara de latir antes de practicarle una cesárea. El caso, que se dio a comprender a fines de octubre, volvió a sacar a cientos de personas a las calles de todo el país en noviembre bajo el lema Ani jednej więcej (ni una más). Con ella quedaba suprimido entre los pocos teóricos legales para abortar conformemente con la legislación polaca sobre el aborto, demasiado restrictiva. Más del 90% de los alrededor de 1.000 abortos legales practicados anualmente en Polonia de antemano a la sentencia se fundamentaban en ese supuesto. La sentencia se dictó cuando las limitaciones por la pandemia de COVID-19 hacían demasiado difícil y costoso viajar para recibir atención médica, y dio lugar a las manifestaciones más tumultarias en el país en décadas, dirigidas por defensoras de los derechos humanos de las mujeres.

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