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piropos pervertidos
Por principio de cuentas, señores, valdría de bastante si consiguen aterrizar antes de proceder que siempre se marchan a presentar niveles en los que deberán de echar mano de toda su asertividad para comprender si una mujer está o no dispuesta a tener intimidad con ustedes. Así las cosas, bajo ninguna situación deben obnubilar su juicio con situaciones similares a la forma de vestir, la ingesta de alcohol o drogas, el historial de parejas sexuales de la persona que ha despertado su interés sexual. Inclusive hay coqueteos que para nada llevan tácita alguna carga interés por lograr interacción intima.
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Y no, no nos confundamos, cuando yo me refiero al carácter por favor no asocien el término con tantas cosas que echan a perder la personalidad de un varón. Referirnos al carácter no guarda relación con ser machista, descortés, intransigente e inclusive violento frente a las necesidades de las mujeres. Pero desgraciadamente como vivimos en una sociedad que desde tiempos inmemoriales maneja conceptos bivalentes y errados, sobre todo en el momento de comprender y argumentar las relaciones de pareja, nos hemos habituado a vivir atrapados en estereotipos muy dañinos para todos. La semana pasada hablé sobre aquellas cosas que las mujeres no toleran en los hombres, esa clase de anticualidades que en el momento en que hacen su aparición causan que ellas salgan huyendo sin detenerse y sin ver atrás.
- O ¿qué tal, se vale que un hombre decida ser un soltero empedernido que sólo viva para pasársela con sus amigos y no sentar cabeza nunca?
- Todas y cada una aquellas situaciones que consideren que están al alcance de su mano solucionarlas pues hagan lo viable por arreglarlas, pero si no… no pierdan su tiempo y no dejen que la tristeza enrarezca su atmósfera.
- Cierto, todo va relacionado con la escala de valores que desde niños nos inculcaron en el seno familiar.
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Deben ser realmente verdaderos con mismos y definir cuáles son los puntos fuertes y cuáles son los puntos enclenques de su matrimonio para poder trazar tácticas encaminadas a robustecerse como parejas. Y podemos comenzar a procurarlo en nuestra vida diaria aplicando ajustes elementales en nuestro comportamiento diario. Tenemos la posibilidad de tomar todo aquello que de primera mano nos provoca adversidades porque tomamos resoluciones precipitadas y poco razonadas, para transformarlas en acciones producto del análisis y la valoración. Aquí lo importante va a ser ver qué tan comprometidos tenemos la posibilidad de ser para fortalecer nuestro los pies en el suelo y transformarnos en sujetos de nuestro crédito. En un estado ideal de cosas, recurrir al sentido común para afrontar todos los acertijos rutinarios que se nos presentan en nuestra vida debiera de ser prácticamente una condición sine qua non de todos y cada uno de los humanos acostumbrados a tomar decisiones. Sin embargo, al notar el cúmulo de problemas en los que nos metemos todos los días por nos pensar nuestras actitudes o por seguir la mayoria de las veces de forma espontánea, está más que claro que no estamos familiarizados a ser completamente racionales respecto a todo los enfrentamientos que debemos resolver, desde los más simples hasta los más complejos. El resentimiento puede acabar con nuestras vidas, destruir nuestras relaciones, terminar por completo con vínculos emocionales sólidos.
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Esos que no están familiarizados con la empatía, les comento que esta deja que las personas nos ayudemos y nos entendamos entre sí. Cuando un sujeto logra sentir el dolor o la tribulación de otros poniéndose en sus zapatos, la primera cosa que ocurre es que en este brote el deseo de asistir y de accionar según los más elementales principios morales que nos fueron inculcados tanto en el seno familiar como en la escuela. De esta manera las cosas, la empatía es una actitud positiva que nos deja construir puentes sentimentales demasiado sólidos, confiables y perdurables, además de que es uno de los más importantes ingredientes a fin de que permanezca una mejor convivencia entre hombres y mujeres. La coyuntura política por la que atraviesa nuestro país en estos instantes precisamente tiene a muchas personas excesivamente estresadas. La indecisión por lo que va a venir más adelante inmediato, conocerse vulnerables por pisar terrenos extraños, finalmente puede sacar de su zona de confort a alguno. Por lo mismo, resulta demasiado apreciado que todos y cada uno de los seres humanos, hombres y mujeres por igual, tengamos la posibilidad desplegar, mediante la inteligencia emocional, las herramientas adecuadas para salir lo mejor librados probables de esos cambios que no dependen de nosotros.
No podemos tapar el sol con un dedo, habitamos la era de las familias disfuncionales, con una de las 2 figuras de autoridad parcial o totalmente ausentes. Y ante el mastodóntico alcance que la pornografía alcanzó hoy en día, hubiera sido incongruente e inconcebible que ésta no haya impactado las relaciones de pareja.
Sí, en ocasiones la frustración y la impotencia son tan grandes que una vez restaurada la tranquilidad nos llegamos a sorprender de la capacidad que tiene la posibilidad de tener nuestra pareja de sacar lo malo de nosotros. Es imposible tapar el sol con un dedo, un altísimo porcentaje de parejas (así sea casadas de forma legal o sencillamente unidas por acuerdo común), consciente o inconscientemente, llegan a darse por vencidas dentro de sus matrimonios. Los esposos no están divorciados de manera leal, pero si emocional a causa de la monotonía, el tedio, el aburrimiento y la desilusión. Estos son “Los 4 Jinetes del Apocalipsis” del distanciamiento y hay que combatirlos a como dé sitio. Es tener la sensibilidad y el instinto suficientes para sentir si nos encontramos en exactamente el mismo canal de la otra persona (de ahí que, está prohibido forzar ocasiones) pues, también hay que ser verdaderos con nosotros mismos, visto que a nosotros nos interese alguien no siempre obliga a esa persona a que asimismo se interese en (háganle caso a la química asimismo).
Sin embargo, en pleno Siglo XXI todavía hay quienes se refieren a él como el Beato Grial de la sexualidad. Es verdad, no tenemos la posibilidad de sustraernos al incontrovertible hecho de que la pornografía misma puede venir acompañada de situaciones demasiado desapacibles capaces no solo de incomodar o escandalizar a sus receptores, sino asimismo llaman a despertar nuestra conciencia por el hecho de que podría promover conductas no sólo condenables sino más bien castigables (pedofilia, violación, zoofilia, etcétera). Pero aquí también cabe el ejercicio de nuestro método para rechazar aquello que no solo nos ofende personalmente, sino más bien asimismo como sociedad. También, también debemos tomar muy en cuenta el peso específico de nuestras esperanzas al momento de decidir ir a por una pareja. Si lo que procuramos son misiones u objetivos superficiales o frívolos (dinero, beneficios materiales, etcétera) entonces hemos de estar dispuestos para recibir un trato y atención frívolos y/o superficiales.
No obstante, ¿cuántos de levantamos la mano en el momento en que se nos pregunta si deseamos ser libres y vivir en conjunto independencia? Estoy segura que casi todos la alzamos, pero… ¿cuántos de nos encontramos verdaderamente prestos a pagar el precio por responsabilizarnos totalmente de nuestros pensamientos y acciones, pero también a asumir las consecuencias derivadas de todo en el momento en que hacemos y dejamos de hacer?
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Cuando un individuo, hombre o mujer por igual, se rige bajo estos, es realmente difícil que se vea inmerso en problemas, conflictos y problemas. Y cuando llegan a presentarse, al entrenar el los pies en el suelo va a ser más fácil sortear cualquier tipo de contrariedad. No obstante, la realidad nos arroja que todos por igual sufrimos mucho en el momento en que no logramos asimilar a plenitud en qué momento debemos confiar en nuestros instintos y cuando es hora de recargarnos en la razón. No obstante, cuando no resulta ser de esta manera, en el momento en que la gente se detallan incapaces de flotar en dinámicas de retroalimentación efectiva, lo en lo se sea cae es en una secuencia de patrones de pesimismo que poco a poco contagian a todo aquel que se ve expuesto a ellos. Sentir desconfianza en uno mismo, enseñar una baja autovaloración, mostrarnos inútiles de salir de la frustración y de la envidia en frente de hechos en los que otras personas resultan beneficiadas, aliarnos de forma permanente al enojo por nuestra situación de vida en lugar de pelear para revertir el mal instante por el que estamos atravesando… hay muchos fundamentos que consciente o inconscientemente nos van transformando en personas tóxicas que, por lógica, terminan siendo una parte de relaciones tóxicas. La gente tóxicas son como “vampiros energéticos”, cuya presencia en la existencia de otros seres humanos se traduce en automático como una seria amenaza para la seguridad emocional de quienes se ven expuestos a las sinergias que ejecutan esta clase de individuos. No cabe duda de que las relaciones humanas, eminentemente las amistosas y las de pareja, regularmente se están alimentando de las aportaciones mutuas que se hacen los comprometidos, lo que define con perfección lo que conocemos como el sentido de la corresponsabilidad.
Las personas inseguras, las personas acomplejadas, la gente con baja autoestima, cuando tienen una relación de pareja, prácticamente son inútiles de disfrutar esta situación pues muchas veces viven atormentados por sus pensamientos, lo que al fin y al cabo convierte a estas personas y a sus mentes en una suerte de contrincantes fatales que las 24 horas del día viven una ondulada rivalidad que al final del día acaba con echarles a perder su noviazgo o su matrimonio. Ciertamente, los causantes son diversos para que un hombre (o una mujer, absolutamente nadie está exento) se vea envuelto en una mala racha. Sin embargo, en una primera instancia podemos considerar que la enorme mayoría de las personas que se ven atrapadas en este género de ocasiones presentan una personalidad de aristas negativas, poco seguras de sí mismas y sumamente tendentes a procrastinar esos temas que necesitan de una atención y una solución inmediatos. De este modo las cosas, en el momento en que un sujeto no se responsabiliza de su ambiente, sus acciones y sus resoluciones al final se ve acorralado por todas y cada una aquellas situaciones que en su momento evadió y debió haberles puesto atención.